El taller titulado Con un solo corte se impartió en la Biblioteca a tercera hora del lunes. La actividad consistió en doblar papeles las veces necesarias para que, al cortar una sola vez, el corte diera lugar a una figura geométrica enmarcada en el propio papel. El profesor Ricardo Alonso nos dio una pequeña charla antes de comenzar la actividad con las instrucciones necesarias y los aspectos a tener en cuenta. Los materiales que utilizamos fueron muy sencillos: papeles de colores con forma cuadrada, tijeras de punta redonda y tu inteligencia para poder realizar la actividad sin estropear demasiados papeles. Comenzamos con figuras sencillas como cuadrados y triángulos y terminamos sabiendo que cualquier figura compuesta por líneas rectas se puede conseguir a partir de los dobles oportunos con un solo corte del papel. Las personas que acudieron al taller expresaron opiniones positivas y a todos les resultó divertido e interesante, aunque un poco difícil.
Ese mismo día, a cuarta hora, los alumnos de 1º C y 1º P.A.I. se juntaron en la Biblioteca para asistir al taller titulado Cúpulas de Leonardo. Los ponentes de la charla, los mismos que en el anterior, nos explicaron la dinámica de la actividad y nos pasaron el material necesario (palillos de plástico de diferentes colores con diferentes hendiduras). El objetivo de la actividad era hacer una cúpula con los palillos encajándolos unos con otros. Si se realizaba bien, la cúpula iba tomando forma y se levantaba cada vez más, e incluso era capaz de soportar peso.
El jueves 22, los alumnos de Taller de Matemáticas de 3º E.S.O. fueron los encargados de impartir unos minitalleres que habían trabajado en clase con sus profesores. Se repartieron en pequeños grupos y fueron rotando por las aulas de 1º E.S.O. Presentaron cuatro actividades: La conjetura de Collatz, Torres de Hanoi, El teorema de los cuatro colores y Cuántas veces se puede doblar un papel por la mitad.
La primera planteaba una propiedad matemática bastante curiosa. Resulta que cualquier número impar, multiplicado por tres y sumándole uno al resultado (si es par se divide por dos), y repitiendo esta secuencia las veces necesarias, acaba dando la secuencia 16, 8, 4, 2, 1. Los alumnos que nos presentaron este taller tenían preparada una aplicación informática con la que demostraban, con cualquiera de los números que nosotros les planteamos, que el principio se cumple. La verdad es que, aunque el experimento no tiene una aplicación práctica, a todos nos resultó bastante curioso.
El taller titulado Torres de Hanoi consistía en trasladar unos aros de distinto tamaño y color, situados en una tabla con tres palos colocados en fila y verticalmente, del primer palo al último, pasando por el central. Pero no todo era tan fácil como parece; había una condición, que prohibía poner un aro de un tamaño mayor encima de otro menor.
A la misma hora se celebraba en el aula de al lado el taller El teorema de 4 colores. Consistía en pintar con solo cuatro colores un dibujo dividido en zonas, con la condición de que no se podían tocar las partes con el mismo color. Nosotros lo hicimos pintando los países de un mapa de África.
El último de estos minitalleres fue el titulado Cuántas veces se puede doblar un papel por la mitad. Como el propio título indica, la actividad consistía en doblar por la mitad un papel tantas veces como fuera posible. Hicimos la prueba con dos tipos de papeles distintos: un folio y un trozo de papel de wáter. Aunque no tenían ni la misma textura ni el mismo tamaño, conseguimos doblarlos únicamente 7 veces. Vimos que el tamaño del papel no influye tanto, porque aunque puedas doblarlo alguna vez más, siempre son muchas menos de las que te imaginas. Terminamos viendo un vídeo de unos estudiantes americanos que doblaron una tira de papel de más de un kilómetro de longitud un total de 12 veces. ¡Increíble!
Además de los talleres comentados, durante toda la semana se llevaron a cabo otras actividades de temática matemática. Se midió la altura de la torre de la iglesia de Calanda utilizando la trigonometría, se participó en una Escape Room con pistas lógico-matemáticas y se pudo visitar la exposición instalada en nuestra Biblioteca, además de un concurso de fotografía matemática cuyos ganadores fueron Lucas Prats, Luis Folch y Miguel Prats. Incluso algunos nos tomamos medidas para comprobar que en nuestro cuerpo está escondido el número áureo
Durante los días que ha durado la Semana Matemática el ambiente entre los alumnos fue inmejorable. Las opiniones que hemos recogido entre ellos han sido muy buenas. Todos coinciden en que se lo han pasado muy bien y han aprendido cosas nuevas, y destacan lo interesante que resulta tanto mezclar alumnos de diferentes edades como hacer de profesores por un día. Esperamos que el próximo año se repita esta actividad y que los talleres sean más difíciles que los de este año y nos hagan pensar más.
